El título enfoca el tema de lo que en forma grosera y errónea los políticos de diversos países del mundo han llamado “Matrimonio igualitario”. Anticipamos en EL HERALDO del domingo anterior que los cristianos “nacidos de nuevo”, no pueden dar apoyo a estas iniciativas de gobiernos y legisladores, pues se oponen a las leyes de Dios. También se oponen a las leyes naturales. Está ocurriendo todo esto ahora mismo en Uruguay. ¿Adónde nos llevarán estas decisiones? Pues a lo que ya hemos denunciado por muchos años desde nuestro púlpito de la PIEBU: a la destrucción de la familia. No es familia la unión de personas del mismo sexo. La ley de Dios y la ley natural lo corroboran. Los cristianos no podemos dar apoyo a estas leyes. Los cristianos debemos recordar a la hora de decidir nuestro voto eleccionario de autoridades de gobierno, a los legisladores que aprobaron destruir a la familia según Dios la instituyó. No debemos darles nuestro voto. Me permito transcribir el Comunicado siguiente que ha sido divulgado en días pasados:

 

Aprobar el proyecto de ley de matrimonio igualitario: – Implica vulnerar normas de Derecho Natural recogidas en forma expresa e implícitas en la Constitución y en disposiciones de Acuerdos y Pactos Internacionales de los que es parte el Uruguay, – Trastoca el eje central de la protección a los derechos del niño, considerando al menor como objeto. – No responde a una necesidad social ni soluciona un problema general de la sociedad uruguaya. – No califica, ni motiva ninguna situación actual discriminatoria por aplicación de las normas vigentes del Código Civil en materia de matrimonio ni de filiación, que ameriten un cambio de régimen y menos aún por el régimen propuesto, el que sí aparejaría graves problemas al momento de su aplicación. – En nuestro derecho la institución del matrimonio está bien reglamentada y la aplicación de las normas que la regulan no han traído inconvenientes irresolubles, sino que por el contrario han servido para ordenar las buenas relaciones en una sociedad, sin excluir ninguna opción. Si se aprobara este proyecto de ley, no solo no corregiría ninguna inequidad existente, sino que por el contrario crearía graves problemas jurídicos. – Con este proyecto de ley se estarían modificando sustancialmente institutos jurídicos esenciales para toda la sociedad, tales como: el matrimonio, la familia, la paternidad y la filiación, y atentando incluso contra los derechos inherentes a las personas que nazcan mediante reproducción asistida. Es necesario mantener la protección jurídica que el Estado le ha otorgado a estas instituciones.

Asociación Cristiana Uruguaya de Profesionales de la Salud

Instituto Jurídico Cristiano, Uruguay.

 

Editorial publicada domingo 14 de abril, El Heraldo.
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