El pasaje que cautiva la mente y atrapa nuestro sentido de búsqueda de ser semejantes a Cristo, está en Juan 15 y en forma particular los versos 1 hasta el 17. Hay que tener en cuenta el contexto de este discurso – enseñanza de Jesús, pocas horas antes de su Juicio, Pasión y Muerte. Los capítulos 13 y 14 así como el resto del capítulo 15 son muy importantes de estudiar para captar en profundidad los llamados que hace Cristo a PERMANECER UNIDOS A ÉL.

 

La afirmación que hice anteriormente, es importante, fundamental: «La Semejanza con Cristo se logra solamente permaneciendo en Él.» El mismo Señor afirma categóricamente que «separados de mí nada podéis hacer» (v.5). ¿Está conciente de las consecuencias que tiene para una persona cristiana esta afirmación?

La Iglesia, como Cuerpo de Cristo, pierde toda su validez y autoridad espiritual, si está separada de Cristo. El cristiano pierde la oportunidad de llevar fruto y fruto que permanece, si está separado de la comunión con Cristo. La fortaleza y vida del pámpano está en mantenerse unido a la Vid. Estas afirmaciones ya hechas, nos llevan al corazón del sermón de hoy, «la semejanza con Cristo se logra en que no seamos del mundo”. No ser del mundo, aunque estamos en él, es uno de los conceptos que Jesús enseña y los apóstoles del primer siglo lo confirman en sus escritos. ¿Porqué NO SER DEL MUNDO?

La vida terrenal está diseñada y cada vez más, para centrar la atención en el ser humano y no en Dios. Alejarnos del poder y autoridad del mundo consumista y materialista sin Dios, es una propuesta cristiana que no podemos descuidar. La mayoría de los seres humanos, gastan la mayor parte de la corta vida terrenal, buscando agradarse a sí mismos. El seguidor de Cristo debe buscar el reino de Dios primero. Eso transforma al cristiano, en «semejante a Cristo».

Dios nos ayude a mantener claras nuestras prioridades cristianas que nos deben llevar a parecernos más y más en todas las cosas a nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

 

Pastor. Lemuel J. Larrosa

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