Mis ovejas oyen mi voz y yo las conozco y me siguen
Juan 10:27
¿Pertenecen los cristianos al “rebaño de Dios”? Somos comparados por Jesús a ovejas. La docilidad y la sencillez de la oveja para obedecer a quien la guía, son características que tienen estos integrantes del reino animal.
La comparación o analogía resulta interesante para considerar nuestro vínculo con Dios. Somos ovejas o no lo somos. Se trata de actitudes que tomamos al estar caminando en el sendero cristiano, con Jesús como Pastor del rebaño.
“Mis ovejas oyen mi voz…” también Jesús oye nuestras voces. A esta acción de hablar con Jesús el Pastor del rebaño, la Biblia la llama orar. Orar es la acción que debemos tomar a diario para tener comunión con Dios y saber qué tiene para decirnos.
Cuando intentamos conocer a una persona, con la que entablamos algún tipo de vínculo, esto demanda una acción que debe ser recíproca, no podremos conocer al interlocutor si solamente uno de los dos habla. Los dos deben comunicarse. Es una acción de “ida y vuelta”. Dios quiere oírnos y luego nosotros también necesitamos oírle a Él. Cuando le oímos comenzamos a conocerlo y este vínculo a través de los años, va generando una comunión que se fortalece y crece. La oración es un acto de fe, igual que la salvación se recibe por fe. No podemos ver en el sentido material, físico a Jesús, pero sabemos que Él está presente y no está callado.
La oración puede contener alabanza, adoración a Dios. Puede también ser oración de acción de Gracias por bendiciones recibidas. Puede ser interceder por las necesidades de otras persona o de ti mismo. De todos modos es un acto de fe.
Recuerda: escucha hoy la voz de Dios dentro de ti y búscala también en la lectura de la Biblia.
Pr. Lemuel Larrosa.